Laboratorio

Laboratorio de formulación magistral

La Formulación Magistral ha sido durante siglos una parte fundamental de la actividad profesional del farmacéutico y, hasta hace pocas décadas, la única vía a través de la que se elaboraban de forma apropiada los medicamentos.

El desarrollo de la industria farmacéutica amplió notablemente las posibilidades de investigación y producción a gran escala de medicamentos, lo que ha supuesto un avance trascendental hacia una medicina más universalizada. Sin embargo, la industrialización ha provocado un cierto grado de “despersonalización” del medicamento, que pasó a ser producido con un criterio “estadístico”, en lugar de un criterio “personalizado”. Con el medicamento de origen industrial es el paciente el que “se adapta” al medicamento (dosis y formas farmacéuticas predeterminadas, con independencia de las características personales de cada paciente), frente a la fórmula magistral, hecha a la medida de cada paciente específico y donde es el medicamento el que “se adapta” al paciente.

La incuestionable utilidad de los medicamentos de origen industrial no resta un ápice de importancia a la formulación magistral, que constituye una práctica fundamental tanto desde el ámbito profesional como desde el estrictamente sanitario. Así lo reconocen las modernas farmacopeas, que la destacan como una parte esencial de la práctica médica y farmacéutica, equiparando sus monografías a las de medicamentos de fabricación industrial. En este sentido, países como Francia o EEUU, que en su día restringieron de forma drástica la práctica de la formulación, se han visto obligados a recuperarla para poder dar respuesta a una demanda cada vez mayor de terapias personalizadas y centradas en el paciente.

La tendencia actual en la innovación dentro de las ciencias biomédicas pasa por el paradigma de la medicina molecular; es decir, por la profundización en el conocimiento de los mecanismos patogénicos a escala molecular, encuadrados en un amplio mapa que los interconecta entre sí y con el propio genoma humano. En este ámbito, la formulación magistral adquiere un protagonismo especial al aportar un medio personalizado de enfocar el tratamiento farmacológico, al adecuar el medicamento a las características fisiopatológicas únicas que cada persona presenta.

Muy pocas áreas científico‐tecnológicas están sometidas a un grado de renovación tan alto en sus contenidos y desarrollos como la farmacoterapia. También la formulación magistral ha evolucionado al mismo ritmo, incorporando tanto nuevas formas farmacéuticas y procedimientos farmacotécnicos a pequeña escala, como rigurosos controles de calidad para las materias primas (principios activos y excipientes) y para los productos acabados.

Desde el punto de vista terapéutico, el uso más frecuente de las fórmulas magistrales se produce en el ámbito de la dermatología, pero es muy significativa su prescripción en pediatría, podología, anestesiología, alergología, oftalmología, ginecología, otorrinolaringología, odontología, oncología, digestivo, veterinaria, etc.

Texto inspirado en documentos del Grupo de trabajo de Formulación Magistral del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.

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